COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

La Amazona en sus dos MEJORES versiones

Si la contrapartida cinematográfica del Universo DC tuviera que funcionar como el reclamo que supongo muchos ejecutivos de la compañía pretendían que fuera para captar más lectores de cara a una vertiente editorial que, y los números hablan, lleva años flojeando —cuidado, que esto no es exclusiva de la Distinguida Competencia, que es algo que también se puede observar, y quizá de forma más flagrante si entramos a valorar la calidad, en La Casa de las Ideas—, creo que, a título personal, lo único que habrán conseguido las muchas inanes producciones que ya se acumulan en el haber de la Warner es hundir aún más esas potenciales ventas. Porque, las podréis detestar en mayor o menor medida, pero creo que resulta poco cuestionable el que las cintas de Marvel funcionan allí donde las de DC, no. En el UCM hay de todo, no cabe duda —como para no haberlo con casi una treintena de títulos a sus espaldas— pero el UDCM, cuidando supuestamente más lo que ofrece, ha fallado en construir un universo coherente, plagado como está —y como va a estar— de filmes que, pretendiendo funcionar de forma aislada, adolecen de la enorme carencia que es no formar parte de un todo más grande y, por supuesto, mucho mejor pensado.

Toda esta digresión viene a colación de que, dentro de ese batiburrillo de ideas mal conectadas que son las películas de DC, flaco favor ha hecho a la mitología de Wonder Woman cualquiera de las dos cintas que Warner ha estrenado hasta el momento, sobre todo una ‘Wonder Woman 1984‘ que hacía de la vergüenza ajena y la TOTAL carencia de ideas una absurda máxima a seguir en su interminable metraje. Afortunadamente, los que llevamos décadas en esto, sabemos que no hay que mezclar churras con merinas y que el cine es cine, y los cómics, cómics son. Y en esa separación, podemos disfrutar sin injerencias de etapas o títulos puntuales como los dos que hoy hemos resuelto unir en esta entrada que se antoja, ya os lo adelantamos, bastante larga: la Wonder Woman de George Pérez, que casi cuatro décadas más tarde sigue siendo canon indiscutible a la hora de hablar de la amazona; y la Wonder Woman de Daniel Warren Johnson, una joya a la que ya reconocimos a finales del año pasado como el Mejor Cómic USA de 2020ex aqueo con el ‘Pulp‘ de Ed Brubaker y Sean Phillips.

En términos completamente contrapuestos, como veremos a continuación, ambos autores consiguieron hacer grande a un personaje que, a lo largo de las décadas, y habiendo conocido interminables incursiones de otros artistas, nunca ha llegado a rayar a la altura que marcan los dos volúmenes que aquí recogemos. Sí, ha habido lecturas magníficas de la superheroína por excelencia del Universo DC, y ahí están la etapa de Brian Azzarello y Cliff Chiang en las Nuevas 52, el paso de William Messner-Loeb por la serie o instantes puntuales como el ‘Hiketeia‘ de Greg Rucka y J.G.Jones o la posterior etapa del guionista al frente del Rebirth. Pero ninguno de ellos consigue lo que sí logran, con suma facilidad, Pérez y Warren Johnson: definir al personaje y su microcosmos en el caso del primero y redibujarlo en un entorno completamente diferente en el caso del segundo para, al hacerlo, dar una nueva visión de la octogenaria creación de William Moulton Marston.

En el caso de la legendaria reinterpretación de Diana que George Pérez hizo a raíz de las ‘Crisis en las Tierras Infinitas‘, se ha escrito tanto sobre lo que el artista logró con su prolongada estancia, primero como autor completo, después como guionista, que a estas alturas resulta complicado innovar en tan abonado terreno. Quizá en lo que atañe al aspecto personal es donde quepa añadir algo a la mucha letra que uno puede encontrar por la red sobre tan soberbio proyecto. Un proyecto del que ECC recoge aquí sólo lo que atañe a Pérez como artista completo y que, cuando cayó por primera vez en mis manos, hace más de cinco lustros, me dejó completamente alucinado: recuerdo que acababa de leer la citada ‘Crisis…’, después de hacerme con las grapas de Zinco a precio ridículo en una tienducha de segunda mano de mi ciudad natal, y, sin haber entendido de la misa la mitad —es lo que tenía haber leído entre poco y nada de DC previamente—, resolver que la mejor opción era «huir hacia adelante» y acercarme, al menos, a lo que DC ofrecía en ese momento con Batman, Superman y, por supuesto, Wonder Woman.

Encandilado con los dos «primeros años» de Batman y alucinando con el Superman de John Byrne, el aterrizaje en Wonder Woman se produjo con cierto escepticismo ante la firme creencia que lo que allí fuera a encontrarme, por mucho que viniera firmado por el mismo dibujante de ‘Crisis…’ no iba a poder estar a la altura de los trabajos de Miller, Mazzuchelli, W.Barr, Davis, McFarlane o el citado Byrne. Una creencia que quedó volatilizada con las primeras páginas del primer número de la serie —como para no hacerlo con dobles como la que tenéis arriba— y que pasó al asombro más absoluto cuando, número tras número, Pérez se las arreglaba para construir una épica espectacular que, reinterpretando la mitología clásica, la devolvía arropada de un envoltorio sublime, cargado de magníficas ideas y de un constante esfuerzo por inyectar nueva savia en un personaje que, hasta entonces, jamás había conocido un protagonismo de la contundencia que aquí se mostraba.

Renovando asimismo la manera en que Diana se relacionaba con los secundarios de siempre —cuando tuve ocasión de poder comparar, comprobé lo mucho que el artista trabajó a aquellos que rodeaban a la amazona—, fue, y es, sin duda en el dibujo donde ese sentido del asombro se convirtió en perpetua MARAVILLA: bien es cierto que el Pérez de aquí aún está a cierta distancia de la versión de sí mismo que considero mejor —la que alcanzará con las inabarcables páginas de ‘Avengers/JLA—, pero eso no quita para que lo que el estadounidense desarrolla en estas planchas sea de una categoría a años luz de lo que muchos coetáneos suyos plasmaban en aquel momento. El nivel de detalle del trazo del artista, su sentido de la narrativa e, insistimos, de la épica, y el verismo de sus personajes, cualidades que habían ido aumentando a pasos de gigante en sus trabajos previos, eclosionan en ‘Wonder Woman’ hasta situar por las nubes a este, lo comentábamos más arriba, CANON indiscutible de hasta dónde se puede llegar con el personaje.

Damos ahora un salto de tres décadas y media y nos colocamos en 2020, instante en el que, bajo el Black Label que tantísimas alegrías nos está dando a los que estamos hastiados de la continuidad, Daniel Warren Johnson se saca de la chistera ‘Wonder Woman: Tierra Muerta’. Decir que las primeras páginas de este relato post-apocalíptico fueron suficientes para dejarnos con la mandíbula por el suelo y con la clarísima impresión de estar ante algo GRANDE…es quedarse cortos. Máxime cuando, al término del primero de los cuatro prestigios que conforman la historia, Warren Johnson se las había apañado para tenernos tan cogidos por las gónadas, que la espera de ese primer ejemplar al segundo, y de éste al tercero y al último, se no hizo eterna como poco.

Tirando de similares intereses a los que ya le habían servido para levantar la superlativa ‘Extremity‘ —o, en menor medida, la no menos fabulosa ‘Murder Falcon‘—, Warren Johnson nos lleva en ‘Tierra Muerta’ a un futuro aciago en el que el planeta se ha ido a hacer gárgaras, lo que queda de la humanidad sobrevive como puede y enormes monstruos mutantes vagan por la yerma superficie a la caza de cualquier ser vivo que se les ponga por delante. Nada nuevo bajo el sol si a lo que atendemos es a la tradición de relatos del mismo corte que, desde hace décadas, nos lleva ofreciendo la ciencia-ficción. Pero, añadamos a la mezcla una Wonder Woman que despierta después de décadas hibernando y, por supuesto, las muy particulares e identificables formas visuales del artista estadounidense y lo que tenemos por delante es un tebeo que acongoja, emociona y suscita expectación a cada nueva página. Y, si lo hace, es entre otras razones por la manera en la que se asoma a la esencia de su personaje central.

La Wonder Woman de Warren Johnson entiende el legado pasado de la heroína sin renunciar a ofrecer nuevas capas que la muestren en modos que quizás habíamos visto en alguna ocasión pero nunca explorados tan a fondo. Entre ellos, por supuesto, la fragilidad de una guerrera que tendrá que contemplar aquello en que se ha convertido su mundo y sacar fuerzas de donde no las hay para salvaguardar a los que vuelven a requerir de su protección. Agresivo, sucio y de una potencia sobrecogedora, el trazo y la narrativa del artífice de ‘Ghost Fleet’ encuentra sitio para poner en valor esas cualidades más delicadas con las que definir a su protagonista a la par que nos deja atónitos, una y otra vez, con planchas y más planchas en las que pone a prueba los límites de una acción desbocada que nos mantiene al límite. En ese sentido, ‘Tierra Muerta’ no podría estar más en las antípodas de la Wonder Woman de George Pérez y, quizá, precisamente por eso es que, junto a ésta, la consideramos como uno de los pilares básicos con los que entender lo mejor que ha vivido la amazona en papel impreso.

Wonder Woman de George Pérez: La Mujer Maravilla

  • Autores: George Perez et al.
  • Editorial: ECC Ediciones
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 672 páginas
  • Precio: 55 euros

Wonder Woman: Tierra Muerta

  • Autores: Daniel Warren Johnson
  • Editorial: ECC Ediciones
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 200 páginas
  • Precio: 24.50 euros
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Wonder Woman: Tierra muerta
  • Johnson, Daniel Warren (Author)

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