COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘Locke & Key: Alfa y Omega’, sin más, una serie MAGISTRAL

Locke & Key portadas

Inicialmente, esta reseña que arranca aquí debería haber estado destinada a comentar (de forma más o menos amplia) los pormenores que atañen al sexto y último volumen que servía a Joe Hill y Gabriel Rodríguez para dar la puntada final a ‘Locke & Key’, una serie que comenzó casi de forma desapercibida, fue ganando adeptos conforme avanzaba y que, tras su conclusión, es digna de ser receptora de las loas más desaforadas que uno pueda imaginarse. Debido a ello, a su carácter magistral y a que, sinceramente, me hubiera resultado imposible despedirme de ella de otra manera, los párrafos que encontraréis a continuación van a intentar servir como un repaso más o menos intenso a la práctica totalidad de lo que el hijo de Stephen King y el dibujante chileno han sido capaces de desarrollar a lo largo de los treinta y siete números sobre los que se extiende esta odisea en la que una familia es todo lo que se interpone entre nuestro mundo y el apocalipsis.

Pero antes de pasar al análisis per se, permitidme una pequeña digresión que, de algún modo, entronca con ciertos comentarios que he vertido en las recientes reseñas de ‘Crisis en las Tierras Infinitas’ y ‘Capitán América: Renacimiento’ y que mucha relación tiene con mi actual mirada desencantada hacia el cómic de superhéroes estadounidenses y el gran atractivo que encuentro mes a mes en lo que las editoriales más «modestas» tienen a bien ofrecernos.

Y es que, con Image a la cabeza (es asombroso lo que esta casa está haciendo mes a mes), lo que de un tiempo a esta parte está siendo publicado por Dark Horse, Dynamyte, IDW, Oni Press o Valiant tiene (y espero que siga teniendo por mucho tiempo) muchísima más validez que lo que DC o Marvel están siendo capaces de airear cada semana. Libres de cualquier atadura de ese lastre que es la continuidad (salvo alguna longeva serie de Image, todo lo que podemos encontrar es de corta edad) y, sobre todo, de la supremacía de la mirada empresarial sobre la auténtica calidad del producto, larga es la lista de colecciones que superan con mucho la media de cualquier producto de una de las dos majors. Y de calidad, de la de verdad, ‘Locke & Key’ tiene MUCHO que decir.

El mago del ‘dramatis personae’ y el prestidigitador gráfico

Locke & Key interior 1

Dividida la responsabilidad del magistral talante de ‘Locke & Key’ entre guionista y dibujante, algo más que habitual a la hora de hablar de cómic, y sin entrar todavía a ponderar lo que la conjunción de ambos talentos otorga al empaque de la serie, es incuestionable que el mayor éxito que ha conocido hasta la fecha IDW no habría sido posible de no haberse alineado en perfecta sincronía la increíble forma de Hill a la hora de tratar los personajes y de hilvanar una trama cosida a la perfección y la precisión narrativa y de definición de «actores» de la que Rodríguez hace gala desde la primera a la última página de esta lectura sin par.

Y como sería complicado (más no imposible) querer aproximarnos aquí a todos y cada uno de los diferentes personajes que Hill pone en juego en esta singular partida de ajedrez entre el bien y el mal que es ‘Locke & Key’, baste con decir que las precisas voces de todos los que van apareciendo a lo largo de los treinta y siete números insuflan a cada uno de ellos una tridimensionalidad asombrosa y que, como muestras más singulares de ello, podríamos destacar tanto el personaje de Lucas «Dodge» Caravaggio —un VILLANO que sobrecoge en cualquiera de sus múltiples encarnaciones— y Roof, ese chico con aparente retraso intelectual que será pieza clave en el asombroso clímax final.

Tanto ellos dos, como los cuatro integrantes de la familia Locke —todo lo que concierne a Bode, auténtico motor silente de la acción, es de genio—, los compañeros de Kinsey del instituto y el más insignificante de los secundarios encuentran respuesta a esa singularidad con la que son desarrollados por Hill en el impresionante arte de Rodríguez: atento no sólo a los personajes sino también a la arquitectura y los paisajes que los rodean, los encuadres, la planificación de la página, un inolvidable homenaje a Bill Watterson o esas contadas splash pages que quitan el hipo, no debería extrañaros si tardáis un poco más de lo habitual en leer un volumen de ‘Locke & Key’; algo lógico cuando, al pasar la mirada por cualquiera (CUALQUIERA) de sus hermosas páginas, resulta inevitable escudriñar una a una esas viñetas cuajadas de detalles que, ante todo, exudan una pasión por el arte secuencial hasta cierto punto desconocida en el tebeo yanqui actual.

Explosión de GENIALIDAD

Locke & Key interior 2

Si analizados por separado es muy improbable que alguien fuera capaz de encontrarle alguna pega al trabajo de Joe Hill, y aún más que algún listillo tuviera los reaños suficientes para pretender arremeter contra el despliegue de manejo de los mecanismos del arte secuencial que hace Gabriel Rodríguez; es cuando son considerados como un todo insuperable cuando ‘Locke & Key’ comienza a desvelarse como la incuestionable OBRA MAESTRA del noveno arte que es. Y no, no exagero. Ni siquiera un poco. En serio. Dejad de preguntároslo.

Es comenzar la lectura de ‘Bienvenidos a Lovecraft’ y quedar atrapado irremisiblemente en las intrincadas redes de un relato de estructura modélica, que va desplegando sus misterios poco a poco, que se guarda geniales bazas en la manga como los diversos flashbacks que nos transportan a pasados cercanos y lejanos (atención especial merece, por su importancia, la apertura de ‘Alfa y Omega’) y que, llegadas sus páginas finales, logra lo que está al alcance de muy pocos: rematar la faena sin que todo el esfuerzo anterior se desmorone cual castillo de naipes. Vale, podría achacársele cierta concesión a la galería en lo que respecta a un personaje en concreto, pero en lo que a este redactor concierne, lo bien que está traído dicho apunte sólo potencia aún más los infinitos valores de esta maravillosa historia.

El cierre de ‘Locke & Key’ es, al cómic, lo que los finales de ‘Lost’ o ‘Breaking Bad’ supusieron para la televisión. Claro está que el impacto mediático de la serie de Hill y Rodríguez no se puede medir de la misma manera que el de las citadas producciones audiovisuales, pero el hueco que deja su ausencia es uno que muy difícilmente podrá ser llenado. Queda el breve consuelo de que, tan solo con alargar la mano y volver a comenzar la lectura, uno podrá regresar a ese fantástico pueblo que es Lovecraft y a esa inquietante Key House que, cuando abrió sus puertas gracias a una de sus muchas llaves, lo hizo a un microcosmos sin parangón al que, como a los grandes, siempre echaremos en falta…

Locke & Key: Alfa y Omega

  • Autores: Joe Hill y Gabriel Rodríguez
  • Editorial: Panini
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Páginas: 200 páginas
  • Precio: 19,95 euros

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6 comentarios en «‘Locke & Key: Alfa y Omega’, sin más, una serie MAGISTRAL»

    • El tema ‘Perdidos’ daría para mucho, pero en esencia, es muy cierto que el final (que a mi me encantó, todo sea dicho) dejó muchísimas dudas en el aire. ‘Locke & Key’ no deja ni una puntada sin resolver. Y sí, sublime es un epíteto que le va como anillo al dedo.

  1. A mí también me encantó la serie: el tomo 5 me pareció brutal: el título del mismo: «Mecanismos de relojería» le viene como anillo al dedo.
    Enhorabuena por la reseña: me ha gustado mucho.
    Se nota que has disfrutado de la serie.
    Saludos

  2. ¡Buenas! He visto en Amazon un pack con todos los volúmenes de esta serie… pero están en inglés. ¿Alguien ha leído alguno de ellos en el idioma de Shakespeare? O un extracto, o algo… Me manejo bastante bien en este idioma, pero me «acongoja» que pueda ser demasiado complejo de entender.
    Un saludo!

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