'American Ronin Volumen 1 : Íncubo', frenesí sci-fi de quilates

Cada día que pasa encuentro más razones de peso para fijarme en proyectos que no supongan la lectura de decenas de números para poder entender algo de lo que el guionista de turno quiere contar. Que sí, que uno aguanta los últimos inventos que Marvel o DC quiera sacarse de la manga pero son cosas como este ‘American Ronin: Íncubo’ los que terminan dejando un regusto de los más agradable en el paladar. No puedo negarlo, influye bastante en estos nuevos gustos mi filia por las editoriales pequeñas, las “Valiant”, “TKO”, “Boom!” o “AWA Upshot”, (casi) todas ellas unas recién llegadas pero que han dejado bien claras sus intenciones y nos están convenciendo a base de contratar buenos autores que firmen mejores historias. La mencionada AWA no para de sorprendernos con todo lo que publica (Panini es la encargada de hacernos llegar esos todos esos títulos en la lengua de Cervantes) y, sobre todo, con los nombres propios que suelen estar involucrados en sus trabajos. Gente como Cullen Bunn, Garth Ennis, Benjamin Percy, Kaare Andrews, Mike Deodato Jr., J.M. Straczynski o Frank Cho dan rienda suelta a su imaginación sin ataduras para disfrute del lector. Ya ven, un listado que brilla por méritos propios.

O Peter Milligan y ACO (seudónimo del dibujante vigués Alex Cal Oliveira), que unen sus talentos para entregar uno de los títulos más rompedores y frenéticos que nos han llegado este año que en breve llega a su fin. Un guión donde se mezcla un buen puñado de géneros dando como resultado una mezcla hardcore y ultraviolenta aderezada con teorías ucrónicas y una sci-fi de lo más interesante. Pongámonos en situación. Vamos a viajar a un futuro en el que las grandes y poderosas corporaciones empresariales manejan la sociedad a su antojo y luchan entre ellas para ganar el control total sobre nosotros. Para ello cuentan con su propio cuerpo de agentes mejorados tecnológicamente, unos seres bastante poderosos que serán los encargados de librar esta cruenta batalla. Los focos van a apuntar a uno de esos agentes que ha decidido rebelarse contra su propia empresa con el fin de destruirla, algo que le obligará a enfrentarse a otros como él, otros que también cuentan con poderes empáticos como los suyos. ¿Poderes empáticos? Sí, esperen a leer lo que Milligan se ha inventado para que todo funcione a la perfección, no hay nada que chirrie en la obra y las ideas, por muy locas que puedan parecer al principio, fluyen como la seda.

El londinense dosifica la información poco a poco, para que el lector vaya descubriendo a un ritmo pausado la sociedad en la que se van a mover los personajes e ir conociendo a los distintos agentes y sus habilidades. Vamos, todo esto si atendemos a las primeras páginas del relato, cuando alcanzamos el ecuador de la historia no crean que vamos a saber mucho más, sabremos lo justo para no perdernos pero aún dudaremos de las motivaciones y principios de algunos de los involucrados. No va a caer Milligan en lo confuso, simplemente le va a exigir al lector que, en algunos momentos concretos, tenga que sacar sus propias conclusiones y seamos nosotros los que vayamos colocando algunas piezas para terminar de ver el puzle completo. ¿Recuerdan aquellos poderes empáticos mencionados un poco más arriba? Pues van a ser la clave para que el guionista juegue con nosotros y nos adentremos en terreno “extraño” donde las identidades de los personajes van a dar mucho juego, tanto que nos van a dejar completamente descolocados. En cuanto al trabajo realizado por ACO, solo diremos que no tiene fisura alguna. “American Ronin” sería una obra completamente distinta con otro dibujante, quizás ni siquiera existiría puesto que el estilo del vigués es sorprendente. Capta a la perfección lo que Milligan quiere transmitir en cada momento y para ello utiliza una planificación de las páginas majestuosa, un diseño de viñetas delirante, escenas de acción imposibles y si hablamos del uso de los poderes mentales del protagonista, momento en el que nos adentramos en una dimensión repleta de juegos y recursos gráficos, el bueno de Alex simplemente se sale. Todo esto convierte a la referencia de AWA en uno de los títulos del año, una lectura vertiginosa que exige de nuestra parte pero que la recompensa obtenida es simplemente inmejorable.

[Grade — 9.00]