‘Un mal viaje al oeste’, choque entre culturas

Aplastado bajo el considerable peso de lo que se produce en el país del sol naciente, no son muchas las muestras de cómic oriental —el manhwa, si de lo que estamos hablando es de viñetas ideadas al sur del régimen de Pyongyang— que han llegado a editarse en nuestro país, y aún menos son las que servidor podría poner aquí en pie. De hecho, estrujándome la sesera, sólo daría con el nombre de Doha y sus ‘El gran Catsby’ y ‘Romance Killer’ como exponentes brillantes de lo que se produce allende las fronteras niponas. Afortunadamente, Fandogamia ha venido a añadir una muesca más a mi limitado acervo sobre el tebeo del lejano oriente con este ‘Un mal viaje al oeste’, crónica honesta y plagada de humor en la que Mickeyman, artista taiwanés de nombre real desconocido, nos lleva de la mano por sus experiencias viajeras en España y Francia.

Más que un cómic propiamente dicho, un diario ilustrado, la profusión de textos a lo largo de la lectura no es impedimento en ningún momento para que el endiablado ritmo de ésta sea la tónica más destacable de un volumen tan singular como hilarante. Y es que, tras contarnos con franqueza en pocas páginas cómo decide seguir adelante con sus planes de viajar a estas latitudes aún considerando que el aprovechar que su novia ha conseguido una beca en España ya no es posible después de que ésta corte con él por Skype, son las curiosas idiosincrasias del autor para ahorrar hasta el último céntimo posible las que animan sobremanera una lectura en la que se insiste, de forma pertinaz, en lo muy diferente de la cultura china con respecto a la española. No ya en la barrera que supone el idioma — y no me refiero sólo al chino, claro, sino sobre todo a ese inglés que sigue siendo tan ajeno a un elevadísimo porcentaje de la población de nuestra piel de toro—, sino en las muchas singularidades del día a día que chocan de frente con una mentalidad no latina.

Muchas de ellas son tópicos claramente asociados a nuestra forma de vida, pero lo que resulta curioso de ‘Un mal viaje al oeste’ no es la exposición de éstas, sino de otras muchas más que nosotros consideramos normales y que son poco menos que estrambóticas vistas bajo el prisma de un extranjero y oriental para más señas. Sin querer desvelar cuáles son por depositar en vosotros el descubrirlas y sorprenderos con lo que puede resultar extraño o insultante para un turista, es como decía antes la cualidad de diario ilustrado y lo caricaturesco y juguetón del trazo de Mickeyman lo que convierte a esta lectura en todo un hallazgo por parte de Fandogamia: los chicos de la editorial valenciana se lo están «currando» a base de bien mes a mes para que lo único que no pueda afirmarse sobre su oferta es que no es variada; un hecho que queda puesto de manifiesto si tenemos en cuenta que el mismo mes que se publicaba ‘Un mal viaje al oeste’, la editorial publicaba ‘El Rubius no sale en este libro’, recopilación de las tiras de ’24 horas con…’ firmadas por Rubén Fernández y aparecidas en las páginas de ‘El Jueves’ del que hablaremos en pocos días. Seguid así, que aquí nos tendréis.