En 1978, Richard Donner revolucionaba el cine pijamero con ‘Superman’. Con unos efectos especiales state-of-the-art de la época (aunque ahora parezcan risibles), supuso un taquillazo y una nueva forma de acercar a los supers al público general. A la vista de esto, un año después un grupo de aguerridos cineastas de España e Italia decidieron no perder el tren del cine de superhéroes y rodaron ‘Supersonic Man’.
Con unos efectos especiales risibles ya para la época (imaginaos ahora), ‘Supersonic Man’ cuenta la historia de Kronos, un alienígena enviado a la Tierra para evitar la destrucción del universo. Pese a venir de otro planeta, necesita ocultar su identidad bajo el nombre de Supersonic Man, no vaya a reconocerle alguien. Sus poderes son la última esperanza de las galaxias: lucha, vuelo, piel resistente a las balas, capacidad de convertir armas en plátanos, etc.
También se hace pasar por humano, con el nombre de Paul. Faltaría más, como humano trabaja de… ¡sí, exacto! Periodista. Y también hay una chica, claro, secuestrada por el malo maloso, el Dr. Gulik, que quiere dominar el mundo mediante unos experimentos que pueden “perturbar el equilibrio de la galaxia”. Paul tiene un reloj que le robó al power ranger rojo y que le convierte en Supersonic Man al grito de…