Al igual que la memorable escena en casa de Beorn, parece que cuando se tuercen las cosas para la adaptación cinematográfica de ‘El Hobbit’, los problemas aparecen en plan “uno o tres”. La producción del proyecto va con muchísimo retraso a pesar de todo el trabajo desarrollado hasta la fecha, hay bancarrotas, acuerdos, abogados, y hasta boicots, en lo que va camino de convertirse en un rodaje maldito.
Mientras Metro Goldwyng Mayer sigue recibiendo (y rechazando) ofertas de compra que la rescaten de su bancarrota, el equipo de Peter Jackson se afana por preparar los sets de rodaje, retocar el guión y contratar actores, para que cuando el estudio diera el visto bueno a la financiación del proyecto, todo estuviera preparado para empezar a grabar.
Pero el pasado 24 de Septiembre, las cosas se torcieron un poquito más. Siete grandes uniones de actores emitían un comunicado conjunto avisando a sus miembros de un boicot contra ‘El Hobbit’, debido a la negativa del equipo de producción de llegar a un acuerdo conjunto con la unión de actores australiana Media Entertainment & Arts Alliance. Esta unión de actores pretendía llegar a un acuerdo sobre los salarios mínimos y las condiciones de trabajo de los actores australianos y neozelandeses que participasen en la producción. La respuesta de Jackson fue contundente: