Hemos llegado al ecuador de este decálogo y, por coincidencia o no, la quinta obra de la que os quiero hablar representa al cinco en números romanos, me refiero por supuesto a V de Vendetta una de las mejores y más reconocidas obras de Alan Moore.
Muchos conocerán a V de Vendetta por la adaptación cinematográfica que tuvo hace unos años, cuyo guión estaba escrito por los hermanos Wachoski. No voy a entrar a hablar de los detalles de esa película (eso será más adelante), pero sí quiero remarcar el hecho de que todos aquellos que vieron la película y no han leído la novela gráfica original, sólo han visto la guinda y se están perdiendo todo el pastel.
V de Vendetta, obra que Alan Moore realizó junto con David Lloyd, es más que el, a priori, relato clásico de venganza, es un canto a la libertad fundamental que toda persona debería tener y que, de una manera u otra y en mayor o menor grado, es anulada. ¿Y qué mejor escenario para situar la historia que una Inglaterra orweliana gobernada por un régimen totalitario?. Ninguno. Es el máximo exponente, tanto ficticio como real, de la erradicación total de los derechos de los inocentes, los cuales quedan relegados a un estado de sumisión total.