Lo habíamos dejado en el nacimiento de del sistema d20 y de la Open Gaming License, y la publicación en 2000 de D&D 3ª Edición. Ambas herramientas situaban a las editoriales, grandes y pequeñas, ante una importante disyuntiva: ¿seguimos desarrollando nuevos juegos completos con sus sistemas de reglas, o aprovechamos el sistema que va a comprar la mayor parte de la gente? Para muchas editoriales, especialmente las más débiles, suponía una posibilidad inmensa de crecimiento, y la aprovecharon.
De hecho, nacieron compañías dedicadas únicamente a publicar ambientaciones usando el sistema d20 o la OGL. De estas, muchas aprovecharon los nuevos canales de ventas, y publicaban y ofrecían sólo PDFs, aunque a medida que crecían algunas pasaron al medio impreso. También aparecieron versiones d20 de juegos ya publicados, como 7º Mar y La Leyenda de los 5 Anillos de Alderac Entertainment. Incluso surgieron juegos que calcaban el sistema d20, como Conan el Bárbaro de Moongoose Publishing, pero sin ninguna referencia al sistema, aprovechando que en EEUU un sistema de juego no es patentable.