Quizás debido al eclipse de decepción que presumiblemente (aunque más bien seguramente) va a suponer Dragonball Evolution, la segunda incursión de la saga Street Fighter en el cine de imagen real, tras aquel ejercicio de mal gusto cinematográfico que fue la película protagonizada por Jean Claude Van-Damme, ha pasado relativamente desapercibida, principalmente debido a las pocas expectativas que el público tenía sobre esta ‘Street Fighter, la leyenda’.
Pero siendo justos, hay que reconocer el gran mérito de esta nueva película “basada” (las comillas las explicaré después) al conseguir que la primera película parezca hasta buena en comparación. Y es que ‘Street Fighter, la leyenda’ es uno de los mayores bodrios que se pueden ver en el cine actualmente y pasará a la triste historia de las películas sin sentido e infumables.
Lo de “basada” lo digo porque literalmente Justin Marks, encargado de escribir el guión adaptando la trama del videojuego de Capcom, ha hecho una cagada tan grande que es digno de que se le expulse del gremio de guionistas y se dedique lo que le queda de vida a otra cosa más útil para la sociedad.