Por fín ha llegado a nuestros cines el primero de una no muy extensa lista de estrenos esenciales del año. Y como viene siendo habitual desde hace un tiempo, procede de las páginas de Marvel. Ya sabemos que Hollywood encontró un filón en las adaptaciones de comics y no pararán hasta exprimirlo bien. Y ciertamente, mientras hagan adaptaciones como este Iron Man, seguirán teniendo vía libre para continuar con el género y quizás incitar al público a conocer las historias originales que inspiran este tipo de films.
Iron Man está firmada por el director y actor Jon Favreau, un personaje muy unido a la comedia tanto delante como detrás de la cámara. Esto se nota en la película, ya que Favreau añade unos toques de comicidad y buen rollo muy acertados que, aparte de arrancarnos algunas carcajadas, le otorgan dinamismo a la película. Como se dice siempre, si uno se lo pasa bien el tiempo pasa más rápido. También ayuda a conseguir este dinamismo el que Favreau no desea profundizar excesivamente en el personaje de Tony Stark/Iron Man, cosa lógica cuando se trata de la adaptación al cine de una saga de comics, lo cual no debe ser más que una fotografía panorámica para conocer y entender a ese personaje sin necesidad de haber visto ni una sola viñeta del mismo.