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Los carruajes de Bradherley, el Samura más cruel

Los Carruajes de BradherleyTal como anuncié en mi lista de la compra para el recientemente clausurado Salón del Manga, me hice con Los carruajes de Bradherley, la nueva obra publicada en España de Hiroaki Samura, el mangaka detrás de esa genial obra que es La Espada del Inmortal.

Como ya dije, en este tomo único que compone Los carruajes de Bradherley esperaba encontrarme una dosis comprimida del mejor Samura, una esperanza que no ha llegado a cumplirse del todo, no porque la historia sea decepcionante, sino porque más bien su estilo poco tiene que ver con el de su título de referencia, la mencionada Espada del Inmortal.

Así que, ¿es esto algo bueno o algo malo? Pues intentando poner una mirada conciliadora sobre las páginas de este manga, diría que se planta entre los dos adjetivos, y para explicar eso debo introducir antes la trama del mismo.

En las primeras páginas (y en varias de las sucesivas) de Los Carruajes de Bradherley, Samura nos sitúa en plena época victoriana dentro de un orfanato femenino cuyas inquilinas viven de una manera bastante alegre. Dicha alegría viene alimentada por la esperanza de que la familia Bradherley, una de las más ricas e importantes del país (del cual no mencionan el nombre pero se presupone que es del centro de Europa), las acoja en su seno familiar tarde o temprano, ya que es tradición dentro de los Bradherley admitir cada año en su compañía de teatro a una o dos huérfanas con potencial artístico.

SPOILER Pero pronto se descubre que varias de las pobres huérfanas que supuestamente serán amparadas por los Bradherley acabarán sirviendo como carnaza sexual para calmar el apetito lascivo de los presos de la prisión de McInner, como parte de un programa fomentado por el barón Nicholas A. Bradherley, el cabeza de familia, para calmar las iras de los presos y así evitar potenciales motines FIN DE SPOILER.

Los Carruajes de Bradherley

Con semejante premisa no es de extrañar que en esta ocasión podamos ver al Samura más cruel. El mangaka da rienda suelta a una historia coral que deja muy poco espacio a la alegría y a la esperanza que derrochan las huérfanas, dejando a entender que las pobres desgraciadas no tiene cabida en el mundo y que muy pocas llegarán a encontrar la felicidad.

Samura tiene desgracias para repartir a diestro y siniestro, y no sólo se centra en las desdichadas jóvenes. SPOILER Uno de los presos o un vigilante de la prisión también caerán bajo la sádica sombra del mangaka FIN DE SPOILER.

Es curioso que el propio Samura reconozca que cuando a empezó a definir Los carruajes de Bradherley no tenía muy claro que tipo de historia quería contar, de hecho barajaba la posibilidad de un manga erótico inspirado por las novelas de Ana de las tejas verdes, lo cual queda muy lejos de la realidad. En ese momento recordé las palabras del maestro Kaiji Kawaguchi sobre lo que él ve más importante a la hora de dibujar un manga, y aquí podemos ver un pequeño ejemplo de no seguir su consejo.

Y es que el mayor defecto de la nueva obra de Samura es el propio de una obra coral no planificada, muchas historias que prácticamente un único punto en común, lo cual provoca que haya abismales diferencias entre las mismas. Así podemos encontrar historias con un nivel y un impacto realmente altos y otras que llegan a aburrir bastante y no transmiten prácticamente nada. El hecho de que la piedra angular del dolor de los protagonistas de todas las historias sea siempre la misma hace que, conforme avancemos en la lectura, nos inmunice contra los pesares de los personajes.

Los Carruajes de Bradherley

A nivel gráfico no hay casi queja posible. El dibujo de Samura es de lo mejor que se puede encontrar en el panorama otaku actual. Como queja personal (y siendo bastante tiquismiquis) se le puede achacar el excesivo parecido en el diseño de los rostros de los personajes, sobre todo en el caso de las féminas, lo cual a veces llega a confundir sobre la identidad de alguna de ellas y a recurrir al comodín a la hora de distinguir personajes manga, el diseño del pelo.

Los Carruajes de BradherleyLos carruajes de Bradherley no es un mal manga pero se queda algo corto en comparación con lo que podría haber sido. No admite agravio alguno en comparación con la referencia de La Espada del Inmortal, lo cual demuestra que tiene su propia línea y que Samura sabe desmarcarse dentro de sus obras. Lo malo, el manga reitera demasiado en el problema central de la trama, lo cual puede provocar que el lector pierda interés sobre la misma progresivamente. Sólo los fans de Hiroaki Samura se sentirán plenamente a gusto al poder ver una buena muestra del arte que tiene la mano de este joven pero consolidado mangaka.

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