Allá por 2001 andaba yo dando clases de informática a mayores en un centro social de Málaga, en las puertas de un famoso barrio de los que se nutre Callejeros. A tiro de piedra había (hay) un cine que aquel 19 de Diciembre ya estaba dando *la primera sesión de ‘La Comunidad del Anillo’*, una película que llevábamos años siguiendo y deseando. La segunda sesión empezaba poco después de acabar la clase, y teníamos las entradas reservadas.
Llevaba apenas unos meses con mi chica (ahora esposa). Ella acababa de leer la trilogía después de mucha insistencia por mi parte, le encantó. Así que ninguno iba de nuevas, aunque claro, ella no había jugado a MERP, ni a Rolemaster, ni había llevado al instituto una carpeta forrada con ilustraciones de *Akhôrahil por un lado y de Khamûl el Oriental por otro*.
El primer viaje a la Tierra Media resultó ser el segundo
Si bien es cierto que la melodiosa voz de Galadriel y las impresionantes escenas de la Última Alianza me pegaron al sillón de una forma que no esperaba, *mi segunda visita a la Tierra Media* vino con la presentación de la Comarca y el ‘Concerning Hobbits’ de Howard Shore. ¿Segunda? Sí, porque aquellas escenas me provocaron *una fuerte sensación de déjà vu*: yo ya conocía esos escenarios más que de sobra. Ahora estaba viva, había imágenes en movimiento, pero yo sentía que ya había estado en la Comarca y que esto era sólo un regreso.
Uno de los grandes aciertos de *Peter Jackson* fue la de contar con *Alan Lee y John Howe* como asesores artísticos. Ambos tenían carreras bien establecidas como ilustradores de la obra de Tolkien, junto con gente como Ted Nasmith o el ya fallecido Angus McBride. Sus obras, sus visiones de la Tierra Media, estaban *grabadas a fuego en el imaginario de tolkiendilis como yo*, después de haberlas visto en juegos de rol, cartas, posters, calendarios de la Tierra Media, descargarlas con aquellos modems de 56kbps y de haberlas estampado en cutrecamisetas caseras.
El resultado es que muchas, muchísimas escenas de la trilogía fueron *diseñadas por esos mismos talentos* que ya nos habían transportado a la Tierra Media anteriormente. La Comarca es quizás el mejor ejemplo: la llegada de Gandalf es un calco de cómo Howe y Lee lo habían representado años antes en sus ilustraciones. Veías la escena y tu mente te decía «es justo como la recordabas».
‘El Hobbit’ cuenta con los mismos talentos
Lo confieso, esa sensación me impactó hasta el punto de soltar una lágrima. *»Es igual, es la Comarca»*, le dije a mi extrañada pareja, que no estaba teniendo esa misma impresión.
Sé positivamente que *Jackson va a volver a jugar con este factor*. Para empezar Alan Lee y John Howe han vuelto a estar involucrados en el proyecto. Pero esta vez la sensación de regreso la experimentarán también aquellos que no bebieron la imaginería tolkeniana como yo, los que descubriendo Eä gracias al cine.
*Espero un Bolsón Cerrado más limpio y ordenado*, y una Comarca más tranquila a la que ni siquiera han llegado lejanos ecos de un tumulto más allá del Brandivino. Y aquí tengo que confesar una preocupación: por el tráiler, *sospecho que Jackson ha desdibujado un poco a Bilbo*.
¿Será Bilbo un buen hobbit?
Así cierra uno de los tráilers de ‘El Hobbit, un viaje inesperado’:
¿A dónde va, señor Bolsón?
¡A vivir una aventura!
No, Bilbo ni se imagina que va a vivir una aventura. Como buen hobbit, el señor Bolsón no quiere aventuras. Bueno, internamente sí, que se junta con gente de mal andar como ese tal Gandalf, que va y viene y le llena la cabeza de historias. Pero nunca lo diría en voz alta, con lo mal visto que está. ¡Aventuras! *¡Un hobbit de aventuras! ¿Pero cuándo se ha visto eso?*
Para sacar a un hobbit de aventuras hay que ser un buen estratega. Hay que llegar con un enano o tres, montar una pequeña reunión de, no sé, unos trece enanos. Sin avisar. Aunque claro, ya se sabe que *un buen hobbit siempre tiene panecillos* y una despensa preparada para una eventualidad inesperada como esa. El siguiente paso es irte y dejarle una nota.
Y sin darle tiempo a pensar, o a coger un simple pañuelo, le vuelves a rodear de enanos y ya de camino… entonces, sólo entonces, se le hace ver *que está ya involucrado sin remedio en una gran aventura*, de sartenes a fuegos, de cabalgar en barriles y de acertijos en la oscuridad, que le cambiará para siempre, donde conocerá a un dragón, y que trastocará los oscuros planes de todo un Maia.
Jackson, por desgracia, también demostró que puede *destruir innecesariamente el crecimiento personal de un andrajoso Trancos*, que para sorpresa del lector, crece hasta convertirse primero en héroe, luego en líder, y finalmente mostrar a través de unas simples hierbas que está llamado a recuperar un trono. Espero que esta vez las licencias de adaptación no sacrifiquen el desarrollo de uno de los personajes más tiernos que nos ha dado la literatura fantástica.
Apenas quedan unos días para que la puerta de Bolsón Cerrado se abra, esa que es un agujero en el suelo, pero no uno húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos u olor a fango, ni uno seco, desnudo o arenoso, sin nada en que sentarse o que comer, sino un agujero-hobbit, que signifique comodidad y sentimiento de volver a *un hogar en el que nunca hemos estado realmente*.
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