‘Troll Corporation’, hay que quererlos…

La vida de un «troll» es muy dura y está llena de sinsabores. Pensad en ello. Tiene que ser agotador estar siempre atento a lo que pasa en las redes sociales o en los comentarios de las páginas de turno. Tiene que ser agotador tener siempre el ánimo presto y el ingenio agudizado para soltar un chascarrillo justo en el momento preciso en el que haga más daño potencial. Tiene que ser muy ingrato soportar todos los insultos directos que recibes cada vez que dejas caer alguna perla de esas que ni ellos mismos se creen. En definitiva, que «trolear», y hacerlo bien, es uno de los trabajos más desagradecidos que pueden tenerse. Más que el del encargado de limpiar los baños en uno de esos festivales musicales masivos que se suceden en España durante la época estival.

Perdón, ¿has dicho trabajo? Claro, trabajo, ¿o es que acaso no sabes que todos los trolls de internet son empleados de la Troll Corporation, una empresa dedicada en cuerpo y alma a dinamitar todo aquello para lo que la contraten?. ¿No? ¿No lo sabías? Pues para eso están aquí las hermanas Pacheco —ninguna relación con Carlos Pacheco—, que con su natural forma de entender el humor y bajo una premisa que ya es brillante por sí sola, enhebran en este volumen publicado por Astiberri un recorrido por las oficinas de una corporación en la que no todos sus trabajadores están hechos para ser mezquinos e ingeniosos a partes iguales. Eso ellos, porque en mezquindad, ingenio, mala baba y cinismo, no parece que haya quien gane a unas autoras que, desde la guasa, ofrecen una sana reflexión acerca de nuestro día a día y la forma en la que, hoy por hoy, entendemos muchas de nuestras relaciones con el mundo exterior.

Dando palos a diestro y siniestro —atención al «homenaje» que le dedican a «la Espe», y sólo son un ejemplo— y bajo una estructura de pequeñas historias de tres páginas que se amoldan a la perfección al «punch line» que suele ser la última viñeta de cada de ellas, Carmen y Laura Pacheco demuestran tener un conocimiento espléndido de los resortes del humor, algo que, como ya he dicho en más de una ocasión, comporta un grado de complejidad bastante alto. De nuevo, no se siente así con estas dos artistas, y la prueba es que difícil será que no soltéis más de una y dos carcajadas a lo largo de las 96 páginas que conforman esta desopilante ficción que es ‘Troll Corporation’.