'La Imposible Patrulla X Vol.7: La Masacre Mutante', la etapa dorada de los mutantes

Quizás sea esta reseña una de las que más ilusión me haga escribir. ¿El motivo? Los tebeos contenidos en este ‘Marvel Gold La Imposible Patrulla X Volumen 7: La Masacre Mutante’. Me la juego, y creo que no me equivoco, si afirmo que muchos compañeros reseñadores (y lectores, obviamente) que hayan adquirido este tomo, al abrirlo, seguro que han sentido una oleada de nostalgia y recuerdos que les ha hecho retroceder en el tiempo años y años. No es para menos ya que estos tebeos coincidían con una época grande y bastante especial para muchos de nosotros, se empezaban a dar los primeros pasos en esto de coleccionar comics, ese peregrinar mensual al quiosco de la esquina en busca de nuestra dosis de acción en viñetas se convertía en un ritual ineludible. La adolescencia no se entiende sin estas historias, el compañero perfecto de viaje para todos aquellos que nos enganchamos al culebrón que un tal Chris Claremont estuvo “manteniendo en antena” durante un periodo de tiempo inolvidable. Tocaba enfrentarse otra vez a esas viñetas que están grabadas a fuego en nuestra memoria, y se hace con un deseo en mente: que no hayan envejecido mal.

Yo lo tenía muy claro desde la aparición del primer Omnigold dedicado a “Factor X” hace algunos meses, otro material deseado por muchos lectores y que, tras ser ávidamente consumido, se disipaban las dudas con respecto a su disfrutabilidad. Una maravilla. Ocurre lo mismo con estas aventuras de La Patrulla, una etapa que coincide con cambios, pero de los de verdad, de esos que tienen repercusión en tramas y en desarrollo de personajes. Para empezar en la formación, salen del grupo Coloso, Rondador Nocturno y Gata Sombra para dejar paso a Longshot, Kaos, Dazzler y Mariposa Mental. Si este lavado de cara no fuera suficiente reclamo, nuestros mutantes favoritos cruzarían su camino con otras formaciones importantes, dando como resultado algunas historias para el recuerdo con Los Vengadores o Los 4 Fantásticos como invitados de excepción. Unas páginas maravillosas en las que podemos encontrar mucho más como a los chicos de Los Nuevos Mutantes, la presentación del Mojoverso, Magneto llevado otra vez a juicio con los Supersoldados soviéticos haciendo todo el ruido que está en sus manos. Hasta aquí ya está más que amortizado el precio del Omnigold pero resulta que todavía falta el material relacionado con la mítica saga que le da título.

Claremont ya era sabedor del as en la manga que suponía la aparición de los Morlocks, una raza de mutantes que lejos de la luminosidad que eso suponía, vivían en túneles bajo tierra, ejemplificando a la perfección ese odio que la humanidad mostraba hacía los de su clase. Una idea perfecta que tendría que ser explotada en un cruce con el resto de cabeceras de la franquicia, que se alejara del típico evento en el que parece que pasan cosas pero, una vez finalizado, todo seguía igual. En esta Masacre hay consecuencias ya que van a tener que enfrentarse a un grupo de personajes cuya misión es infiltrarse en estos túneles y acabar con todo lo que haya ahí abajo. Muchos de nuestros héroes van a quedar marcados para siempre cambiando su estatus quo dentro de la colección, y habrá bajas, muertes de las de verdad, de esas que ya no hay forma de arreglar ni en el Universo Marvel. Una advertencia, para poder disfrutar del relato en su totalidad, con los números correspondientes a “Factor X” y “Los Nuevos Mutantes” les remito a sus respectivos Omnigolds, de próxima aparición.

Claremont se encuentra en uno de los momentos más dulces de su carrera, con un estilo propio (amado por muchos y odiado por otros) consigue meter al lector de cabeza en la trama, empatizando con unos personajes que están viviendo un auténtico infierno. Los Merodeadores causando el caos, Lobezno contra Dientes de Sable, Coloso fuera de sí o invitados como Thor o Power Pack hacen que todo gane puntos para disfrute del lector. Y aún queda por mencionar el nombre de los dibujantes encargados del aspecto gráfico de este volumen, un grupo bastante numeroso pero que todos y cada uno de ellos demuestran su valía con páginas sobresalientes. Vamos, no debe coger a nadie por sorpresa ya que el contar con gente como John Romita Jr, Alan Davis, Arthur Adams, Bret Blevins, Rick Leonardi, Barry Windsor-Smith, Jackson Guice, Marc Silvestri, Jon Bogdanove o Keith Pollard aseguran unos niveles de calidad bastante altos. Aún queda mucho por venir, así a bote pronto, “La Caída Mutante”, “Inferno” y un sinfín de momentos determinantes en la historia personal del grupo. ¿Qué podemos decir? Oro puro.