‘Colección Marvels: Marvels X’, cuando una idea loca funciona de 10

Este comic contaba con cierta ventaja antes de abrirlo siquiera. A ver, portada de un Alex Ross que, a pesar del paso de los años, parece estar más “on fire” que nunca, y nos estamos refiriendo tanto a calidad como a cantidad. Y, segundo, hacer las veces de precuela de una de las series más llamativas, interesantes y nostálgicas de la Marvel reciente (bueno, la historia original empezó a publicarse allá por el año 1999, pero ustedes ya me entienden). Aunque, para aportar todos los datos y no faltar a la verdad, habría que apuntar que la acción transcurre entre el capítulo final de “Marvels” y los eventos mostrados en el primer número de “Tierra X”, de ahí la amalgama de ambos títulos. ¿Qué podemos hacer ante todos estos estímulos? Efectivamente, caer de cabeza en el estupendo volumen de tapa dura titulado ‘Marvels X’ que vio la luz recientemente de la mano de Panini y que supone un bofetón de auténtica nostalgia para muchos de los aficionados que disfrutamos mensualmente aquellas dos series.

Hagamos un poco de memoria. Mientras que en la primera, “Marvels”, se nos mostraba cómo el ciudadano de a pie veía a todos esos seres poderosos, una consideración que los elevaba a un estatus de dioses, lejanos y distantes con todos los humanos; en “Tierra X” y sus posteriores secuelas, éramos testigos de la caída de todos esos personajes, acabados y consumidos tras llevar una larga vida de batalla en batalla, y una población mundial que había mutado debido a la acción de las nieblas terrígenas de Rayo Negro. Sin embargo, había un niño llamado David que permanecía inalterable y no desarrolló poder alguno, algo que lo convirtió en el portador de la cura a la mutación generalizada. La pareja de guionistas formada por Alex Ross y Jim Krueger (la misma que ya dejara constancia de lo bien compenetrados que estaban en “Justicia” para la Distinguida Competencia) ahondan en esa idea, convertir a un chaval de pueblo como es David en todo un héroe, haciéndole recorrer el país en busca de los poderes residentes en Nueva York. El Capitán América, Iron Man, Spiderman, Los Cuatro Fantásticos y Daredevil, todos ellos se unirán para hacer frente al enemigo común de la mutación. 

Para agravar un poco más la situación, los habitantes mutados de la Tierra ha dejado salir la bestia de su interior y están atacando y arrasando todo a su paso. Desde el Edificio Baxter o la Mansión de los Vengadores hasta cualquier persona “normal” que haya sido lo suficientemente inconsciente como para salir solo a las peligrosas calles. Como podrán imaginarse, aquí no hay amenazas interplanetarias, aquí el riesgo viene en forma algo más humilde: los propios ciudadanos. La trama ideada por Ross y Krueger se presta a divagaciones científicas que vendrán de la mano de Tony Stark y Reed Richards, asumiendo por momentos que la mutación es tan solo un peldaño más en la evolución del ser humano, una forma de adaptación a los constantes cambios ambientales. No duden que se sumarán algunos factores más en la ecuación ya que no tardará demasiado en aparecer los nombres de Rayo Negro, Los Celestiales o El Alto Evolucionador para añadir un poco más de interés made in La Casa de las Ideas. El artista serbio Velibor Stanojevic (también conocido como Well-Bee) es el encargado de plasmar todas estas ideas, y lo hace con un estilo sobrio y realista, alejado del fotorrealismo de Ross pero siguiendo el diseño de sus personajes al pie de la letra. Tanto la caracterización de todos ellos como la composición de las páginas dejan bien claro que, a pesar de no prodigarse demasiado, la calidad de sus lápices (tinta y colores incluidos) lo podría llevar muy alto dentro de la industria. Un trabajo más que interesante que ayuda a expandir este particular universo y que no debe ser considerado como un “sacacuartos” de todos aquellos que disfrutaron los relatos originales.

[Grade — 8-50]