52 fue una gran serie semanal y no hay por qué esconderlo. Pero tampoco hay que negar que, salvo Booster Gold, obra de Geoff Johns y que en España veremos en breve, el resto de las series o miniseries que han surgido de ella han sido absolutamente prescindibles. Es el caso de 52: Los Cuatro Jinetes.
Ya de por sí, la idea inicial está muy cogida por los pelos, porque, por muy buenos villanos que fueran los protagonistas del título en 52, fuera de ella son unos personajes bastante risibles. Pero, además Giffen los enfrenta a la santísima trinidad de DC: Batman, Superman y Wonder Woman y sí precisamente funcionó por algo 52 fue porque ninguno de los miembros de este trío estuvo presente. Y es que, siendo sinceros, cuando los tres o un par de ellos se juntan, la historia reciente nos demuestras que los resultados son, por decirlo finamente, muy pobres.
Pero, bueno, a Giffen le encargaron que los tres héroes más grandes de DC debían enfrentarse a los Cuatro Jinetes. Lo que pasa que el guionista no da la sensación de haberse esforzado demasiado. Cumple el trámite y lo hace mal: aburre, es incapaz de llevar una trama con cierto interés y uno tarda bien poco en darse cuenta de que esta serie es un sacacuartos en toda regla.
¿Salvo algo? Pues no, nada porque ni siquiera Pat Olife parece estar demasiado a gusto con lo que le mandaron dibujar y hay varias páginas, especialmente las de secuencias de acción, que deberían haber pasado un corte de calidad más estricto.
Así que mi recomendación es clara: huid como alma que lleva el diablo porque ni siquiera a los completistas de 52 les resultara una lectura provechosa. Habrá lecturas mejores en las que gastarse el dinero.
En Zona Fandom | 52: La tercera guerra mundial, mala manera de atar cabos sueltos.