‘Invisible Kingdom Volumen 2: El Límite de Todo’, agárrense porque vienen curvas

Complicada labor la que se encontró la guionista G. Willow Wilson al tener que elaborar el guión de este ‘Invisible Kingdom Volumen 2: El Límite de Todo’ ya que su labor en la primera entrega fue simplemente intachable, convirtiendo a la cabecera perteneciente al sello “Berger Books” en una de las lecturas más recomendables del año. Debía alcanzar el nivel mostrado en aquellos números de apertura a la par que continuaba con una historia que había quedado abierta, un relato que quedaba etiquetado en un género tan “especial” como es el de la ciencia ficción pura y dura. Si algo había quedado claro hasta el momento era el trabajo tan increíble que había realizado los autores a la hora de crear un universo repleto de personajes perfectamente construidos y caracterizados, una narración fascinante que no hace más que engrandecer una trama que avanza sin prisa pero sin pausa, construida a base de microrrelatos que aportan, cada uno de ellos, algún matiz o alguna pieza a la historia principal, esa que subyace bajo toneladas de criaturas extrañas, acción sin raudales, traiciones y peligrosos giros de guión que nos dejarán en más de un momento con la boca completamente desencajada. Venga, nos adelantamos un poco antes de finalizar la reseña, Willow consigue de sobra atraparnos desde el primer momento.

Lo hace además continuando la historia en el mismo punto que la dejó al finalizar el primer volumen, con Grix y Vess aunando fuerzas para hacer frente a la peligrosa y amenazante coalición formada por Lux y la Renunciación. No será el único problema que se cruzará en su camino ya que también tendrán que lidiar con un sabotaje que hará que la primera pierda el control de su propia nave y de la tripulación. Aquí podemos comprobar lo apuntado un poco más arriba, estaríamos ante un episodio autoconclusivo dentro de la trama principal, que se aleja de ella de manera clara, pero el conflicto está tan perfectamente planteado y resuelto que poco o nada importa una vez que leemos las páginas finales. La guionista de Nueva Jersey sabe jugar muy bien sus bazas, manejando a la perfección la relación entre ambas protagonistas, llevándola a un terreno emocional que no chirría en absoluto, al contrario, hace que poco a poco vaya creciendo en importancia la aparición de un sentimiento amoroso entre ambas y se convierta en uno de los motores principales del argumento. Sí, tranquilos, todavía estamos ante una obra de ciencia ficción pura y dura, solo hay que prestar atención al inconmensurable trabajo de Christian Ward, el despliegue visual que se presenta ante nosotros es absolutamente envolvente, creando una atmósfera muy particular, marca de la casa, creando desde cero todo un universo el que interactúan personajes inolvidables. Poco más podemos añadir acerca de esta segunda entrega en la que todo queda listo para ser resuelto en el próximo volumen, tercer y último tomo de una serie que está resultando ser una sorpresa y a la que se le echará de menos una vez que cierre sus puertas.

[Grade — 8.50]