COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

Entrevista a Paco Roca (I)

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Paco Roca (Valencia, 1969) está viviendo un momento estupendo en su trayectoria profesional gracias a su obra Arrugas, galardonada con el Premio Nacional de Cómic, entre otros premios. Durante su carrera, ha publicado trabajos en las revistas El Víbora y Humo, y una serie de álbumes que encontraron su hueco en el extranjero antes que en nuestro país, como El juego lúgubre y El faro, ambientado en la Guerra Civil.

Paco nos concedió esta entrevista que tuvo lugar en un escenario bastante peculiar: la zona infantil de la FNAC, acomodados en las diminutas sillas de florecitas y corazones, rodeados por la muchachada que comentaba alegremente y a viva voz sus primeros descubrimientos en el campo de la lectura. A pesar de todo, Paco nos ofreció interesantes reflexiones que en este primera parte se centran en la importancia e influencia del premio nacional, el terrible poder de la enfermedad de Alzheimer y sus impresiones durante sus visitas a una residencia de ancianos.

Arrugas es una historia sobre la soledad

Zona Fandom: Ante todo, enhorabuena por los premios que estás recibiendo con Arrugas. ¿Te esperabas conseguir esta repercusión con la obra?
Paco Roca: Siempre que haces alguna cosa de estas esperas tener cierta repercusión, pero me he quedado abrumado. No me esperaba para nada esto. De hecho, cuando lo estaba haciendo pensaba que al tratarse de una historia sobre la vejez sólo interesaría a un público muy determinado.

ZF: ¿Cómo te interesaste por el mundo del cómic?
PR: Como a todos los autores de cómics, creo que todo proviene de la pasión infantil. De pequeño empecé leyendo Mortadelo y Filemón y de ahí me pasé a Tintín. Yo creo que desde que empecé a leer Tintín me nació esa magia de lo que son los cómics, de querer hacer algo así. Entonces hubo una temporada en la que dejé la cosa de lado y cuando me volvieron las ganas de dedicarme a esto profesionalmente fue cuando leí Paracuellos, de Carlos Giménez. Esta obra cambió la visión que tenía sobre los cómics, por las historias que contaba. Para mí, Paracuellos es como Spirit, en cada página que lees estás aprendiendo algo. Así que a partir de entonces empezó mi pasión por querer ser dibujante de cómics.

ZF: ¿Cómo te sentiste al saber que habías ganado el premio del Ministerio de Cultura?
PR: En primer lugar, sorprendido, porque siempre se tienen esperanzas de poder ganar un premio, pero el premio nacional… Pensaba que se valoraba también el tener una gran trayectoria, y en ese sentido había otros autores que yo veía como grandes candidatos, como Carlos Giménez o Miguel Gallardo. Pero la verdad es que cuando te dicen que has ganado el premio supone mucha responsabilidad y en cierta forma un poco de miedo. Ahora mismo es el mayor premio que se pueda ganar aquí, así que haberlo ganado con Arrugas por un lado es cojonudo, pero por otro te da bastante miedo para las próximas cosas.

ZF: ¿Piensas que esta clase de premios ayudarán a cambiar la concepción que se tiene del cómic en nuestro país?
PR: Sí, yo creo que éste más que ninguno. Premios como el del Salón del Cómic de Barcelona hacen mucho bien para el mundo del cómic, pero este es algo más amplio. Por ejemplo, a mi madre cuando le digo que he ganado algún premio me dice: «Ah, muy bien, hijo mío, muy bien. ¿Pero mañana vas a venir a comer?» (Risas) Y ahora con este, ha sido ella la que me ha dicho: «Pero hijo mío, ¡no me habías contado que habías ganado el premio nacional!» En ese sentido, el premio nacional llega a gente que hasta ahora no sabía siquiera que el cómic está a la altura de cualquier otro arte. También está haciendo que los medios de comunicación puedan hablar sin ningún rubor del cómic.

ZF: ¿Cómo presentarías Arrugas a los lectores que aún no la hayan leído?
PR: Es un cómic que habla sobre la vejez y sobre el Alzheimer. Está hecho para darnos cuenta de lo que debe de sentir una persona llegada a esa edad. Pero también creo que sobre lo que está hablando en el fondo es sobre la soledad de las personas. Cuenta lo que vi en la residencia, esas personas mayores que no tienen ninguna visita de sus familiares… Habla de las personas, que en este caso tienen en común la vejez y algunas el Alzheimer. Pero sobre todo, como ya digo, Arrugas es una historia sobre la soledad.

ZF: ¿Piensas que la gente está poco informada o concienciada sobre lo que es el tema del Alzheimer?
PR: Yo creo que sí. De hecho, a mí me pasó cuando empecé a ir a las residencias y a documentarme sobre este tema. Hasta ese momento, para mí el Alzheimer era algo típico de la vejez, que se te empieza a ir la cabeza y, en fin, que era algo normal que terminabas asumiendo. Pero cuando te das cuenta de lo que verdaderamente es el Alzheimer, descubres que es algo terrible. No es que se te vaya la cabeza, es que te olvidas de abotonarte una camisa o de cómo se atan los zapatos. Olvidas las cosas más básicas. Es terrible comprobar el proceso de degeneración de esta enfermedad. El padre de un gran amigo mío tenía Alzheimer, y un día me contó una anécdota que me pareció terrible. Resulta que una noche, mi amigo escuchó el ruido de la máquina de afeitar, así que fue al baño y se encontró a su padre, totalmente trajeado, afeitándose delante del espejo. Cuando le preguntó qué estaba haciendo, su padre le dijo: «Pues qué voy a hacer, me afeito para irme a trabajar». Mi amigo le respondió: «Pero papá, son las tres de la mañana y tú hace como diez años que no trabajas». Dice mi amigo que su padre tuvo un momento de lucidez y que se miró en el espejo. Entonces imagino el miedo que debe sentir una persona al mirarse en el espejo y no reconocerse, al darse cuenta de que se le está yendo irremediablemente la cabeza para siempre. Con esto me di cuenta de lo terrible que es esta enfermedad, porque en cierta forma somos todo lo que hemos vivido a lo largo de nuestras vidas, todos esos sentimientos acumulados, las conversaciones con nuestros amigos, todo lo que hemos aprendido… Y el Alzheimer es una enfermedad que es capaz de borrar todas esas cosas de la cabeza.

ZF: ¿Qué otras cosas te impresionaron durante tus visitas a las residencias de ancianos?
PR: Aparte de la soledad, ves cómo la sociedad mete en una especie de guetos a las personas mayores, las desarraiga de su entorno y las mete en un lugar en donde sólo están con ancianos. Me encontré con una gran falta de sueños en la vida, falta de esperanza. Hay personas que pasan en la residencia 15 o 20 años, y estaban allí casi que esperando la muerte. Es como una especie de pausa en la que ya no hay ilusión prácticamente por nada. Descubres también que, lógicamente esto desde un punto de vista médico no es así, pero que muchos de ellos parece como que busquen en el mundo de la fantasía para evadirse de la realidad. De hecho, en Arrugas la fantasía está muy presente, como el episodio de la mujer que viaja en un tren, que era una mujer real que conocí en la residencia. Cuando la realidad que tenemos no te gusta, acabas refugiándote en ese mundo de fantasía.

Sitio del autor | Paco Roca

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