COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

Carcassonne, las piezas del reino

CarcassonneLa mejor definición que se le puede dar a Carcassonne sería la de «resultado de mezclar el dominó con la especulación urbanística del medievo». Puede sonar a guasa pero es que este juego de estrategia cuenta con la sencillez del dominó y la mezcla con la capacidad de los jugadores para predecir el estado futuro de la partida.

Carcassone es una creación del diseñador de juegos alemán Klaus-Jürgen Wrede, el cual, a pesar de tener a sus espaldas más de una treintena de juegos producidos, es más conocido mundialmente por este Carcassonne, además de por sus numerosas expansiones.

La mecánica de Carcassonne es tremendamente sencilla. De hecho uno puede empezar a jugar tras una explicación, que durará cinco minutos, de las pocas reglas del juego y ganar perfectamente la partida, ya que el azar predominará ligeramente sobre la estrategia. El funcionamiento es el siguiente. El tablero del juego está formado por una serie de piezas cuadradas que representan una porción del reino en el que está ambientada la partida. Por turnos, un jugador cogerá al azar una de estas piezas y deberá colocarla boca arriba en la mesa, eso sí, teniendo en cuenta un pequeño reglamento.

Como he dicho antes, en las piezas aparecen representadas diversas partes del reino. Estas son ciudades, caminos, prados e iglesias, y cada una de estas partes (exceptuando las iglesias) delimitan los cuatro lados de cada pieza. Es decir, que cada lateral de cada una de las piezas será una ciudad, un camino o un prado. Fijaros en la siguiente imagen para ver un detalle de a lo que me refiero.

Carcassonne, detalle de piezas

Una vez comprendido esto, volvamos a la mecánica del turno. El jugador que vaya a colocar una pieza en juego debe tener el cuenta que sólo podrá colocarla junto a las otras piezas ya existentes y cumpliendo la norma de que los lados colindantes de dos o más piezas deben ser del mismo tipo (camino, ciudad o prado), de ahí su parecido al dominó. Una vez hecho esto, el jugador tiene la opción (no la obligación) de colocar una ficha de seguidor (unos muñequitos de madera muy graciosos) sobre la pieza que acaba de colocar y sólo sobre esa pieza.

Dependiendo de en que parte de la pieza se coloque, de nuevo ciudad, camino, prado o iglesia, el seguidor se convertirá en caballero, ladrón, granjero o monje respectivamente, lo que decidirá la manera en contabilizar los puntos que se pueden conseguir durante la partida para poder ganarla. Como siempre, el que más puntos tenga, gana. Dicho sistema de contabilización de puntos aporta el toque estratégico a Carcassonne, ya que, aparte de depender de la posición de los seguidores, también será vital la disposición de las piezas del reino desplegadas durante la partida.

No quiero alargarme más explicando el sistema de puntuación del juego, sólo deciros que es muy sencillo, aunque en comparación con el resto de reglas del juego puede parecer un poco difícil de captar de una sola vez.

Mi recomendación es que os hagáis con este genial y adictivo juego si lo que estáis buscando es algo sencillo para adentraros en el mundillo de los juegos de estrategia. Carcassonne hará pasar un buen rato a un grupo de hasta cinco amigos sin apenas gastar dinero, ya que se comercializa en España, gracias a Devir, al muy asequible precio de 19,95 euros. Y si lo deseáis, podéis ampliarlo con alguna de sus múltiples expansiones, aunque ese será un tema que trataremos en un futuro cercano.

Más info | Carcassonne en Devir

Galería de fotos

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