‘Vengadores Oscuros vol.2: El Hombre Molécula’, recuerdo de unas guerras secretas

Reinado Oscuro. Todo pintaba bastante mal para nuestros súper héroes favoritos ya que tras los acontecimientos narrados en Invasión Secreta, Norman Osborn se descubría como la cabeza visible de HAMMER, organización que vendría a substituir a SHIELD durante una buena temporada. Con semejante poder entre manos era lógico y normal que apareciera una nueva formación que fuera la encargada de culminar cualquier decisión que tomara el polémico, y algo trastornado, líder.

Dicho y hecho, Brian Michael Bendis, el guionista por cuyas manos pasaba todas y cada una de las aventuras importantes de la editorial, se sacaba de la chistera a estos Vengadores Oscuros, un concepto que quizás no fuera muy novedoso, villanos disfrazados de héroes, pero que supo sacarle el máximo partido gracias a la perfecta ejecución de la idea. En el primer volumen de la colección ya pudimos ver los rostros que se ocultan tras las máscaras y, por supuesto, cuales son las verdaderas intenciones de estos criminales reconvertidos a justicieros y de héroes haciendo las veces de villanos.

Poniendo en práctica lo que mejor sabe hacer, Bendis empieza a excavar en la continuidad de Marvel hasta dar con el elemento que le hace falta para poder contar la historia que desea. En este caso recupera para la causa a un personaje clásico, Owen Reece, El Hombre Molécula, aquel personaje que tuvo su mayor momento de gloria a lo largo de la mítica Secret Wars II, volvía años después para hacerle la vida un poco más complicada a Osborn y sus chicos. Resulta interesante ver como Reece va acabando uno a uno con estos Vengadores, descubriendo el punto débil de cada uno de ellos y atacándolos donde más les duele, pero si hay que quedarse con un solo enfrentamiento, ese es el que tiene con el jefe del grupo, Osborn, ya que juntar a dos personajes tan inestables mentalmente supone el presenciar algunas escenas memorables.

Bendis aprovecha también para ir ahondando un poco más en la personalidad de cada uno de los miembros del grupo, especialmente en la de El Vigía, que se destapa como una amenaza interna a tener en muy en cuenta para el futuro de la formación. La parte gráfica vuelve a recaer sobre las hábiles manos de Mike Deodato cuyo estilo oscuro y realista crea la atmósfera perfecta para que el tono de la serie quede perfectamente claro en cada una de las páginas (atención a la doble splash-page en la que Osborn se encuentra con unos viejos conocidos). También se dejará ver Chris Bachalo, encargado de ilustrar el primer anual de la colección, lectura de vital importancia para comprender lo que se avecina, no solo en Vengadores Oscuros, sino en todo el Universo Marvel. La cosa promete. [A]