'No Hero', ¿quién dijo que ser un super fuera fácil?

Pasar de ser un tipo normal y corriente a convertirte en superhéroe no es tarea fácil, que se lo digan a Kick-Ass, aunque no creo que envidie en absoluto al protagonista de este cómic. Y es que si el joven Lizewski las pasó putas en su intento por cumplir su sueño, esperad a ver lo que Warren Ellis y Juan José Ryp le tienen reservado a Josh Carver.

La ilusión de Carver es unirse a un grupo de superhéroes llamado El Frente (antaño Los Niveladores), fundado por un excéntrico químico llamado Carrick Masterson. Este personaje de melena leonina consiguió lo que muchos creerían imposible: sintetizar una droga capaz de conceder superpoderes a quienes la consumen. Una simple cápsula de FX7 te puede permitir volar por los aires, lanzar rayos o tener una fuerza sobrehumana. El problema es que también puede tener ciertos efectos secundarios.

A pesar de los inconvenientes, algunos hombres y mujeres se siguen ofreciendo a este peculiar experimento, y así El Frente ha seguido en activo desde los años 60. Gracias a su empeño, Josh Carver será el último en engrosar esta lista, y a partir de ese momento es cuando las cosas empezarán a salirse de madre. ¡Hasta límites insospechados!

Si pensabas que ya lo habías visto todo en lo que a ultraviolencia tebeística se refiere, espera a ver las escenas que han salido de la inquietante mente de Ellis, plasmadas por el explosivo dibujo de Ryp. Especialmente las escenas que narran la transformación del prota tras ingerir la droga, que son lo más perturbador que he visto en una buena temporada.

Al margen de este estilo gráfico que te sacude en toda la jeta como una novia despechada, la historia avanza a un ritmo notable y apenas nos deja tiempo para respirar, menos aún para aburrirnos. La única pega, y el peligro de esta clase de cómics tan salvajes, es que en ocasiones se alcanzan puntos en los que las idas de olla son demasiado exageradas (algo que tanto Ellis, como Millar, como Morrison, por poner unos ejemplos, saben perfectamente lo que son) y de hecho terminan por perder todo su efecto sobre el lector. Afortunadamente, no son el rasgo imperante en ‘No Hero’, así que su lectura es cuanto menos recomendable.