‘Injustice: Gods Among Us. Año Uno Integral’, épico a más no poder

Si eres un supervillano, hay un montón de perrerías que le puedes hacer a Superman sin que se inmute demasiado. Puedes arrearle en la cabeza con un camión de bomberos, aplastarle bajo los escombros de un edificio de veinte plantas, o enchufarle una descarga con tu rayo de la muerte patentado. Pero hay algo que no debes hacerle nunca, bajo ningún concepto: pisarle sus zapatos de ante azules. Bueno, eso y matar a la mujer que ama, a su hijo nonato, y arrasar su adorada Metropolis. Y eso es precisamente lo que hace el Joker al inicio de ‘Injustice: Gods Among Us’, esta colección que comenzó siendo una simple precuela del videojuego homónimo para acabar convirtiéndose en una de las sorpresas superheroicas de los últimos años.

Tom Taylor es el guionista encargado de orquestar esta historia repleta de épica, giros de guion, momentos de tensión, situaciones inesperadas y, por supuesto, mamporros de esos que hacen mucho, pero que mucho daño. La premisa, inspirada en la del citado videojuego, se centra en explicar qué pasaría si Superman perdiera el control y decidiera imponer el orden y la seguridad sirviéndose de la violencia, la muerte y el miedo (¿os suena de algo? No tenéis más que mirar el telediario…). Una premisa que no resulta especialmente novedosa de por sí, ya que la fina línea que separa la justicia del autoritarismo siempre ha estado presente en los tebeos de superhéroes, especialmente en los del Hombre de Acero. Pero lo que sí resulta fresco e innovador es la manera con que Taylor lleva las riendas de esta colección, con un ritmo frenético, un buen puñado de personajes del Universo DC, y ningún tapujo para ponerlos en situaciones extremas y ver cómo reaccionan.

Los personajes que pululan por estas páginas, entre los que se cuentan tanto héroes como villanos, se ven en la disyuntiva de elegir bando, algo parecido a lo que ocurrió en la ‘Civil War’ de Marvel. Pero mientras que en aquella eran el Capitán América y Iron Man los que echaban un pulso a ver quién los tenía mejor puestos, en este caso son Superman y Batman los que se enseñan los dientes. El primero está decidido a imponer el orden en la Tierra a cualquier precio, aunque eso implique emprender una especie de campaña del terror. Por su parte, el Caballero Oscuro hará cuanto esté en su mano por detener a su amigo e intentar que entre en razón. Resulta muy curioso ver de qué lado se ponen personajes como Flash, Shazam, Aquaman, Catwoman, Cyborg y Green Arrow, entre muchos otros. Y de todos ellos, la que más me ha impactado con su actitud durante este primer tramo de la obra ha sido sin duda Wonder Woman. ¡Menuda frialdad!

Como si de una serie de TV se tratara, ‘Injustice: Gods Amongs Us’ se divide en una serie de temporadas, o años, que ECC está publicando en diversos formatos: primero en grapa, después en dos tomos en rústica, y finalmente en un integral en cartoné. Este último es el formato que hoy nos ocupa, que recoge en su totalidad los 12 números más un anual que componen el Año Uno. La historia, como ya he comentado unas líneas más arriba, tiene un ritmo tan endiablado que se lee prácticamente del tirón, a pesar de las más de 400 páginas que tiene este volumen. Pocas pegas se le pueden poner a la labor de Tom Taylor, más allá de alguna escena efectista y cogida por los pelos que solo busca impactar al lector (se me ocurre una protagonizada por Nightwing). En cuanto al dibujo, recae sobre múltiples autores que no rinden todos al mismo nivel, si bien no hay ninguno que empañe demasiado el conjunto. Entre ellos encontramos a Jheremy Raapack, Mike S. Miller, Bruno Redondo y Axel Giménez.

Podría seguir poniendo epítetos a esta colección sin cansarme, pero lo mejor es animaros a que os acerquéis a vuestra librería más cercana para echarle un vistazo con vuestros propios ojos, con independencia del formato que mejor se ajuste a vuestros gustos y bolsillos. Debo confesar que he tardado bastante tiempo en acercarme a ‘Injustice: Gods Among Us’, por el recelo que me producía su condición de precuela de un videojuego, algo que rara vez nos deja obras especialmente memorables. Me animé tras leer una serie de reseñas entusiastas, y la decisión no pudo ser más acertada. Además, al estar alejada de cualquier tipo de continuidad, es ideal para todo tipo de lectores, sin necesidad de que estén muy familiarizados con las diatribas del Universo DC.