'El cuentacuentos', otra maravilla de Zidrou

Con tan sólo cinco títulos publicados en nuestro país, entre los que se incluye este maravilloso ‘El cuentacuentos‘, Zidrou ha pasado de ser un completo desconocido a convertirse en una de las mejores voces a la hora de narrar bellísimas historias ilustradas capaces de transportar al lector a desconocidos rincones de nuestro mundo en los que anida una singular magia que queda plasmada de forma soberbia por mor de la labor de los artistas que hasta ahora han tenido la suerte de colaborar con él.

Primero nos llegó ‘Lidye‘, relato tierno y dramático de lo que una madre estaría dispuesta hacer por una hija lleno de momentos de gran emotividad que ilustraba con trazo sobresaliente y excelso uso del color nuestro compatriota Jordi Lafebre. Tras él, y junto a nombres como los de Homs, Sempere, Sergio Córdoba, Esther Gili, Pedro J.Colombo o, de nuevo, Lafebre, el escritor belga nos regalaba ‘La anciana que nunca jugó al tenis‘, fantástica colección de relatos a cada cual más entrañable y mejor dibujado.

Cambiando por completo de tercio, Zidrou colaboraba entonces con Darasse y Bosse para publicar ‘Tamara: ¡mi primera vez!‘, divertida y desenfadada aproximación a los problemas de la adolescencia en la que la particular voz del escritor quedaba algo tapada por la autoría compartida pero en la que se dejaba notar sin ningún tipo de problemas la ternura con la que hasta ahora se han caracterizado sus trabajos.

Y el pasado 2012, de nuevo de la mano de un dibujante español, el debutante Oriol, Zidrou publicaba ‘La piel del oso‘, un título que volvía a ser muestra inequívoca de la sólida apuesta de un guionista que, trasladándonos una historia sencilla, uno puede ganarse al lector por mor de una honestidad digna de alabanza. Todas las características de las que hemos hablado hasta ahora, y alguna otra más, son las que podemos encontrar en ‘El cuentacuentos’.

En este sobresaliente trabajo, que ilustra de forma precisa y tremendamente adecuada (con un elocuente y ajustado uso del color) el debutante Raphaël Beuchot, Zidrou nos traslada a un anónimo país africano en el que un cuentacuentos ambulante conocido por los pueblos como ‘Érase una vez’ deberá luchar contra los poderes fácticos encarnados en la brutalidad totalitarista de una autoridad que ha prohibido a los habitantes divulgar cualquier tipo de historias.

Esa lucha, que el protagonista llevará a sus últimas consecuencias, sirve a Zidrou para, por un lado, denunciar la extrema violencia y el gobierno del miedo que muchos países llevan a cabo con sus habitantes y, por el otro, para hablar de forma poética, con singular fuerza y espléndido halo de magia de lo indómito del espíritu humano y su incuestionable capacidad para vencer cualquier fuerza que se oponga a su libre albedrío. Un tebeo para leer, releer y, sobre todo, recomendar a diestro y siniestro.

FICHA TÉCNICA: El cuentacuentos