‘American Vampire vol.7’, vuelve el mito

A aquellos que vivimos con intensidad cada nuevo número de una serie que cuando parece que ha tocado techo, vuelve a sorprender con nuevos giros y situaciones dispuestas a dejarnos boquiabiertos, tanto el parón que impuso su creador a la colección (interrumpiéndola cerca de un año en Estados Unidos) como el ritmo actual que lleva la misma, que dista mucho de ser bimensual, serían punto de apoyo suficiente para que más de uno hubiera dicho algo así como «hasta aquí hemos llegado» y se hubiera plantado tiempo ha. Pero claro, no estamos hablando de una serie cualquiera ni de un guionista de pacotilla que desconoce lo que se trae entre manos. Todo lo contrario, ‘American Vampire’ sigue siendo el mejor título que hoy por hoy tiene en cartera el sello Vertigo y Snyder, por más que pudieráis discutírmelo, el mejor guionista con el que cuenta DC.

Muestra inequívoca de ambas aseveraciones son las 128 páginas que conforman este séptimo volumen de ‘American Vampire’ con el que ECC retomaba el pasado mes de enero la publicación de la serie tras casi un año de sequía. La espera para aquellos que no sigan la serie en su idioma original habrá sido larga, pero que no os quepa duda, habrán valido la pena cada uno de los días en los que no habéis podido dar cuenta de las nuevas aventuras de Pearl Jones y Skinner Sweet. El regreso de ambos a nuestras vidas no puede ser más espectacular y Snyder, que casi siempre se adscribe a la máxima «renovarse o morir», da una vuelta de tuerca más a sus vampiros americanos —y ya van…— y desarrolla este arranque del segundo volumen de su creación en unos términos que, sin duda, dibujan un futuro apasionante para esta inmensa cabecera.

Con un Rafael Albuquerque pletórico en sus páginas, si hasta el momento podríamos haber estado hablando de otra de esas colecciones que era imposible imaginarse en manos de otro artista gráfico, nos encontramos en este volumen con la incursión de un nuevo nombre que nos deja anonadados y que, mezclando echando mano del estilo de Albuquerque con claras influencias del Cary Nord que veíamos en el ‘Conan’ de Busiek, se plantea como un firme candidato a futuras alegrías lectoras: con sólo un puñado de páginas para demostrar su inmensa valía, el que Matías Bergara nos haya pillado tan desprevenidos sólo puede ser señal de que estamos ante un artista con grandes perspectivas, máxime cuando uno se asoma a las planchas del uruguayo y ve a un narrador cuasi consumado que se maneja con una soltura asombrosa en este complicado mundillo del noveno arte.

‘American Vampire’ ha regresado, y lo ha hecho como todos esperábamos, con la fuerza de un tornado dispuesto a arrasarlo todo a su paso. No nos cabe duda que así será.